Tiene 22 años, creó un negocio online de zapatillas para básquet y le vende hasta a la Liga Nacional

Fuente: La Capital – A los 16 años José María Huguet fundó Hoop Shoes, una marca especializada en zapatillas para basquetbolistas. Hoy envía 500 pedidos al mes.

Josi jugó toda su vida al básquet en el Club Náutico y le costaba mucho conseguir las zapatillas para el deporte.

Las cajas de zapatillas, ubicadas en estanterías de metal, superan en altura al joven jugador de básquet, José María Huguet. Están un depósito de casi 500 mt2 en la zona oeste de Rosario donde se ven las etiquetas de Nike, Adidas, Peak, más otras marcas específicas de calzado de básquetbol. Aquí es la base de operaciones de Hoop Shoes, la marca que “Josi” -como le dicen los amigos- fundó en el 2018 cuando solo tenía 16 años, eso sí, con la aprobación de sus padres.

Josi jugó toda su vida al básquet en el Club Náutico. A medida que iba creciendo y perfeccionándose en el deporte, la dificultad de encontrar el calzado específico iba en aumento: “Me costaba conseguir modelos que me gustaran y sirvieran para el deporte. Una vez buscando un par en particular, me puse a pensar que seguramente era un problema que tenía mucha gente más”, comenta Josi en la tienda de Hoop Shoes, rodeado de pelotas de básquet, aros e indumentaria.

La cuenta de Instagram de Hoop Shoes tiene 110 mil seguidores.

La cuenta de Instagram de Hoop Shoes tiene 110 mil seguidores.

Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital

En 2018, Josi buscó en internet marcas dedicadas sólo al nicho de la venta de ropa y zapatillas para básquet. Se encontró con que había unas pocas cuentas de Instagram a nivel nacional y terminó haciendo contacto con una, con el fin de revender en Rosario: “Se me ocurrió ofrecerle mover el catálogo por mi parte a cambio de un precio mayorista. Abrí una cuenta de Instagram y estuve 20 días publicando y respondiendo mensajes hasta que llegó el primer comprador”, rememora. Y con el primer comprador vino el primer desafío: Josi tenía solo 16 años y en ese momento los menores no podían ni siquiera tener una cuenta de Mercado Pago a su nombre. Así que pidió ayuda: “Le pedí a mi papá que recibiera la transferencia, me diera el dinero y con esa plata compré el primer par que revendí”. Y así, par a par, Josi empezó a reinvertir el dinero que ganaba revendiendo zapatillas y fue abriéndose a otros proveedores hasta que finalmente le dio forma a su proyecto.

Un negocio basado en redes sociales

La cuenta de Instagram de Hoop Shoes tiene 110 mil seguidores. Josi afirma que el 99% de las ventas provienen de la página web y que la difusión se da orgánicamente a través de las redes: “En estos seis años jamás hice pauta online, pero sí invertí mucho en una buena producción de contenidos para generar más visibilidad y también humanizar la marca”. Josi cuenta que al principio captó la atención a través de algunos sorteos, pero la mayor cantidad de seguidores y ventas llegó cuando él empezó a mostrar la cara en los contenidos. Ahí comprendió que lo que funcionaba era compartir su historia y mostrar su lado emprendedor para generar empatía. Hoy sigue con la misma estrategia evolucionada: “Hacemos reviews de zapatillas en las historias, contamos cómo está compuesto el equipo. También hicimos un reel en el que cuento cómo empecé a los 16 años, ese se viralizó mucho”.

Hoop Shoes tiene más de 140 ítems entre calzado, indumentaria y accesorios para deportistas de basquetbol, voleibol y handball. Las zapatillas, originales y de importación, rondan los u$s 130 aunque hay pares premium de hasta u$s 250. Entre todos los productos, la marca envía unos 500 pedidos mensuales. De la logística de los paquetes se ocupan un par de amigos de él: “Les doy un pie para que empiecen a emprender”.

De las zapatillas, a la indumentaria propia

Josi la vio y para cuando empezó la pandemia, ya tenía su e-commerce andando: “Lo terminé en febrero del 2020. Tuve mucha suerte”, cuenta. El boom de la virtualidad durante el encierro fue la última gran catapulta para Hoop Shoes. “Llegó un punto en que la casa de mi familia estaba abarrotada de cajas y ahí empecé a pensar que era momento de mudarse”.

Trabajan en un depósito de 500 metros cuadrados en la zona oeste de Rosario.

Trabajan en un depósito de 500 metros cuadrados en la zona oeste de Rosario.

Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital

Para disminuir los costos de un depósito, se unió con un amigo que tiene una marca de ropa y designaron un espacio para cada uno. Eso hizo que a Josi se le encendiera otra vez la lamparita emprendedora: “Tenemos un taller de ropa en nuestro mismo espacio y no lo estamos aprovechando”. Y así nació Hoppers Brand, la marca de ropa. Este proyecto lo comparte con su socio y amigo, Gino Clivio: “Gino se ocupa del diseño de las prendas y del manejo del taller. No sabíamos de moldes, ni de cortes, aprendimos todo con videos de YouTube y preguntando a gente que ya se dedicaba al rubro”, recuerda. Para el lanzamiento de la marca de ropa -que en Instagram tiene otros 47 mil seguidores- Josi y Gino confeccionaron unas 70 remeras y 50 shorts. Gracias a la difusión en redes, vendieron todo en un solo día.

Hoppers Brand es la marca de ropa que creó junto a su socio Gino Clivio.

Hoppers Brand es la marca de ropa que creó junto a su socio Gino Clivio.

Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital

Actualmente, Hoppers Brand funciona en el mismo depósito. Allí hacen la parte de corte y estampa, mientras que la confección es en otro sitio. En su web hay unos 60 artículos entre remeras, pantalones cargo, shorts y joggings que van desde los $ 15 mil a los $ 50 mil. Uno de los orgullos de la marca es el hecho de tener al jugador del seleccionado argentino de básquet, Facundo Campazzo, como un usuario de sus prendas.

Economía circular y venta garage

Además de las zapatillas nuevas, Hoops Shoes tiene un segmento garaje (que también tiene una cuenta de Instagram donde se acumulan unos 28 mil seguidores más). Allí comercializan calzados con poco uso o casi nuevos: “Es una manera de acercarle la posibilidad a alguien que no tiene los recursos para comprarse un par nuevo. Además, también le damos una nueva oportunidad a un calzado que ya no está en uso”, explica Josi mientras muestra grandes cajones con zapatillas de todos los tamaños y colores. Como dice, todas están en perfecto estado. Algunas, aclara, falta que pasen por el proceso de limpieza. De este segmento del negocio se ocupa otro de sus amigos, Luca Mirabito.

El siguiente paso

Josi se autodescribe como un autodidacta. En sus comienzos, recuerda, lo ayudó mucho la lectura: “Cuando empecé con Hoop Shoes, me crucé con un libro de neuroventas y aprendí muchísimo. Seguí con otro desarrollo personal, otro de redes sociales y psicología. Me di cuenta de que, si leía, vendía más”.

Si bien hoy su familia lo apoya y hasta su papá trabaja con él para acompañar el orden y el funcionamiento del depósito, al comienzo todos tenían miedo: “Cuando terminé el secundario Hoops Shoes ya era un negocio. Me costó hacerle entender a mi familia que me quería dedicar 100% a esto y no ir a la facultad. Les pedí un año para desarrollarlo y ahí vieron que mi compromiso era total”. Entre los sacrificios que hizo, reconoce que se ha perdido varias andanzas de su adolescencia, pero no lo lamenta: “Las horas que estoy despierto pienso en esto y me encanta”.

Si bien su proyecto es un gran negocio, Josi dice que la motivación siempre fue “ayudar a la comunidad del básquet” y acercarles a los deportistas los elementos que necesitan para desarrollarse: “Inicialmente no lo vi como un negocio para generarme ingresos, sino como una oportunidad para colaborar con la comunidad del básquet. Hoy quiero que Hoops Shoes y Hoopers Brand puedan acompañar a deportistas y talentos en su crecimiento. Me gustaría promocionar atletas”, propone.

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